La aerotermia es una de las tecnologías de moda para mejorar la eficiencia energética de casas y edificios. Ayuda a ahorrar energía y reducir la factura energética.
Sin embargo, antes de lanzarte a ponerlo en casa, es importante saber cómo funciona y cuál es su eficiencia energética real.
Qué es la aerotermia
La aerotermia es una forma de aprovechar el calor del aire que nos rodea para calentar, enfriar y tener agua caliente en casa. Sí, el aire. Aunque no lo veamos, está lleno de energía que, con un sistema adecuado, se puede transformar en confort.
¿Cómo lo hace? A través de una bomba de calor que puede extraer hasta el 80% de esa energía del aire. Es decir, consume poca electricidad y da mucho a cambio. Por eso se considera una solución eficiente y sostenible.
Instalar un sistema de aerotermia cuesta más que una caldera de gas, pero a medio plazo se nota el ahorro en las facturas. Además, reduce las emisiones y usa una energía que no se agota.
Cómo mejora la eficiencia energética un sistema aerotérmico
Una de las claves de la aerotermia, como comentábamos recientemente, es que usa una energía que ya está ahí, en el aire. Eso la convierte en una alternativa eficiente para mantener la temperatura de casa todo el año.
Este tipo de sistemas está diseñado para consumir poca electricidad y aprovechar al máximo la energía del entorno. Eso se traduce en un menor gasto energético y, por tanto, en menos emisiones. La eficiencia es elevada y, según la OCU, mientras que una caldera de gas de condensación tiene una eficiencia del 105%, la aerotermia puede alcanzar hasta el 400%.
Ahora bien, antes de lanzarte a instalar uno, conviene revisar si realmente encaja con las necesidades de la vivienda. Porque no todos los hogares son iguales, y no todas las soluciones sirven para todo el mundo.
Ventajas de instalar aerotermia
Si piensas en instalar un sistema de aerotermia, estos beneficios te van a interesar:
- Ahorro en la factura energética: La aerotermia consume mucha menos electricidad que un sistema eléctrico convencional. Por cada kWh consumido, puede generar entre 3 y 4 kWh de energía térmica. Esto se traduce en un ahorro significativo en calefacción, refrigeración y agua caliente.
- Energía renovable y limpia: Extrae el 75% de su energía del aire exterior, una fuente gratuita e inagotable. Esto la convierte en una solución respetuosa con el medioambiente y compatible con otras energías renovables como la solar fotovoltaica.
- Confort todo el año: Sirve tanto para calefacción en invierno como para refrigeración en verano. Además, mantiene una temperatura constante y agradable en casa sin picos de consumo.
- Mayor eficiencia con suelo radiante: Aunque también se puede usar con radiadores de baja temperatura o fancoils (ventiloconvector), su rendimiento óptimo se alcanza si se combina con suelo radiante.
- Bajo mantenimiento: No requiere limpieza de chimeneas, ni revisiones de calderas de gas o depósitos de gasoil. Los sistemas son robustos y con una vida útil larga si se realiza un mantenimiento básico.
- Revalorización del inmueble: Contar con un sistema de climatización eficiente puede aumentar el valor de la vivienda en el mercado.
Desventajas de la aerotermia
Aunque tiene muchas ventajas, también hay cosas que debes tener en cuenta. Por ejemplo, necesitas algo de espacio fuera para colocar la unidad exterior. Y en pisos, hace falta permiso de la comunidad si va en la fachada.
- Inversión inicial elevada: El coste de instalación es superior al de otros sistemas convencionales, especialmente si se combina con suelo radiante. Aunque el ahorro a largo plazo lo compensa, es un factor a considerar al inicio. Muchas veces se puede recurrir a solicitar una hipoteca verde, que ayuda a convertir tu casa en un hogar más sostenible.
- Obra necesaria en algunos casos: En viviendas existentes puede requerir reformas, sobre todo si se cambia una caldera tradicional o se quiere instalar suelo radiante.
- Menor eficiencia en climas muy fríos: Aunque los equipos actuales funcionan bien incluso con temperaturas bajo cero, en zonas con inviernos extremos puede reducirse su rendimiento y requerir apoyo eléctrico.
- Necesidad de espacio: Es necesario disponer de un lugar adecuado para instalar la unidad exterior, lo cual puede ser un inconveniente en algunos edificios o viviendas urbanas sin terrazas o patios.
Requisitos para instalar un sistema de aerotermia y coste
Es clave conocer qué condiciones cumplir para poder instalar un sistema aerotérmico que mejore la eficiencia energética de tu casa:
- Espacio para la unidad exterior: Debe estar en una zona ventilada, de fácil acceso para mantenimiento y con aislamiento acústico suficiente para evitar molestias.
- Sistema de distribución compatible: Aunque puede adaptarse a radiadores tradicionales, se recomienda el uso de radiadores de baja temperatura, fan coils o suelo radiante para aprovechar al máximo su eficiencia.
- Aislamiento térmico de la vivienda: Una casa bien aislada permite aprovechar al máximo la eficiencia de la aerotermia. En viviendas con pérdidas térmicas importantes, el rendimiento del sistema disminuye.
- Instalación profesional especializada: Es imprescindible contar con técnicos cualificados que realicen un estudio previo de las necesidades térmicas del inmueble y ajusten la potencia del equipo.
- Cumplimiento con la normativa vigente: Dependiendo del municipio, puede ser necesaria una licencia de obra o comunicar la instalación. Además, algunos ayuntamientos ofrecen subvenciones que conviene solicitar con antelación.
¿Y el precio? Puede ir de los 8.000 a los 24.000 euros, según el tamaño de la casa y el sistema elegido. Pero se amortiza en un plazo de 5 a 12 años. Tarde o temprano, lo que se ahorra lo compensa.
Ahorro energético con un sistema de aerotermia
La aerotermia permite ahorrar, y mucho. Funciona con electricidad, pero usa el calor del aire para producir entre 3 y 6 veces más energía de la que consume. Si te estás preguntando cuánto es el consumo de la aerotermia, depende del tipo de instalación y del aislamiento de la vivienda, pero en general es muy inferior al de otros sistemas tradicionales.
Eso se nota en la factura. Según el sistema anterior que tengas, el ahorro puede ser de hasta el 50%. Y si el gasóleo era tu opción, el salto es todavía mayor. Además, es una energía renovable, más limpia, más estable en precio y sin sobresaltos por subidas del gas.
Es cierto que el gasto inicial es más alto, pero si haces números a medio plazo, salen. Sin embargo, como todo, depende de tus necesidades y de si el sistema encaja bien en tu casa.