Si estás pensando en vender tu casa, sabrás que has de tener todos los permisos en regla para realizar la transacción. Puede que se te escape la obligación de estar en posesión del certificado energético para poder efectuar el trámite. Descubre qué es, para que sirve y cómo puedes conseguir el certificado energético de tu vivienda.
¿Qué es el certificado energético?
Este documento es obligatorio para la realizar la venta o el alquiler de todos los inmuebles desde junio de 2013, exceptuando aquellos que cuentan con una superficie útil inferior a los 50 m2, viviendas que se compren para importantes reformas o su demolición, o con un consumo de energía inferior al 25% del previsto para todo un año.
¿Para qué sirve el certificado energético?
Esta acreditación le sirve al comprador para conocer la eficiencia energética del inmueble y tener así la opción de mejorarla para reducir su factura. De hecho, el documento contiene una serie de propuestas para mejorar esa eficiencia elaborada por técnicos oficiales. Estas medidas están pensadas para que si, como nuevo propietario, quisieras mejorar la eficiencia energética del inmueble puedas hacerlo sin la necesidad de solicitar un nuevo certificado energético.
Las medidas pueden ser tan sencillas como el cambio de los cerramientos para aislar mejor de las inclemencias del tiempo a la vivienda o la instalación de unos toldos en la fachada para resguardar la casa del sol más intenso.
A la hora de valorar la vivienda, el especialista, y en contra de lo que pudiera parecer, no tiene en cuenta elementos como la iluminación o el tipo de electrodomésticos. El certificador hará su informe tomando como referencia aspectos como la fachada de la casa, la orientación, sus dimensiones y la disposición de las estancias y los cerramientos de las ventanas. También tendrá en cuenta el estado de las instalaciones de aire acondicionado, agua caliente o la calefacción.
Tras el análisis exhaustivo de esta información, el técnico obtendrá la calificación energética del inmueble mediante un programa informático. La calificación aparecerá en la etiqueta energética, junto a la demanda energética y los kilogramos de CO2 emitidos.
¿Qué ocurre si mi vivienda no dispone de certificado?
Aunque pudiera parecerlo, el certificado energético no es un asunto baladí. Si en el momento de la firma de las escrituras la certificación energética no está disponible, el notario podrá negarse a seguir adelante con la operación. Es más, según la legislación, podrías enfrentarte a importantes sanciones. Y es que las multas previstas van entre los 600 y los 1000 euros.
¿Cómo consigo el certificado energético?
Para conseguirlo, no tienes más que ponerte en contacto con alguna de las empresas especializadas para que evalúen tu vivienda e emitan el informe con la correspondiente calificación, según las directrices marcadas por el Ministerio de Industria. Además, el especialista incluirá una propuesta de mejoras. Quedará en tus manos el que las implementes o no.
Debes registrar el certificado en el organismo competente de la comunidad autónoma donde esté ubicada la propiedad. Tras abonar las tasas -en algunas regiones es un trámite gratuito-, se genera la etiqueta de Eficiencia Energética.
Este certificado tiene una vigencia de 10 años y, expirado ese plazo, habrá que renovarlo.