Cuando te compras una vivienda, tu planificación financiera pasa a examen. Tanto si vas a optar por una hipoteca que cubra el 100% del valor del inmueble como si optas por una hipoteca convencional del 80%, será imprescindible contar con ahorros previos para afrontar ciertos pagos.
Ni la casa se construye por el tejado, ni se puede comprar sin una base de ahorro. Existen ciertos gastos que deberás cubrir incluso con una hipoteca al 100%. Uno de ellos es el pago de impuestos. Si la casa es nueva, tendrás que pagar el IVA, que representa el 10% del valor de compra. En el caso de viviendas de segunda mano, tendrás que abonar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que varía entre el 5% y el 10% según la comunidad autónoma y si la vivienda será tu residencia habitual.
Además, tanto en viviendas nuevas como de segunda mano, tendrás que pagar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD). En viviendas nuevas, se aplica tanto a la compra como a la hipoteca, pero en viviendas usadas sólo se aplica a la compraventa. Aunque algunos gastos hipotecarios como la tasación de la vivienda los cubre la entidad financiera, la comisión de apertura y una copia de la escritura correrán por tu cuenta.
Un aspecto fundamental a tener en cuenta es que la mayoría de las hipotecas no financian el 100% del valor de la vivienda, sino un porcentaje que suele oscilar entre el 80% y el 85%. Algunas entidades pueden llegar a financiar el 100%, pero esto dependerá de tu solvencia económica y del valor de tasación de la vivienda.
En resumen, deberás tener ahorrado al menos el 10% del valor del inmueble para cubrir impuestos y gastos iniciales. Si la vivienda cuesta 150.000 euros, necesitarás al menos 15.000 euros solo para estos gastos.
¿Qué cuota de hipoteca puedo permitirme?
Para no comprometer tu estabilidad financiera, se recomienda no destinar más del 35%-40% de tus ingresos mensuales a la hipoteca, sumando los gastos adicionales como seguros. Para calcular este porcentaje, es importante basarte en tus ingresos más estables, sin contar con ingresos variables o esporádicos como bonus o comisiones.
Por ejemplo, si tienes un salario mensual de 1.500 euros, la cuota de tu hipoteca no debería superar los 525-600 euros.
¿Cómo ahorrar para la entrada de un piso?
Para lograr ahorrar lo necesario para la entrada, es fundamental crear un plan de ahorro realista. A continuación, algunos pasos clave:
1. Establece el valor de la casa que quieres comprar: Una vez tengas claro cuánto te gustaría gastar, podrás calcular el nivel de ahorro que necesitas. Si el piso cuesta 200.000 euros, deberás tener ahorrados entre 20.000 y 60.000 euros, dependiendo del tipo de hipoteca que consigas (100%, 95% o 80%).
2. Evalúa tus ahorros actuales: Analiza cuánto tienes ahorrado ya y si cubres el capital necesario. Si no es así, toca organizar un plan de ahorro.
3. Elabora un presupuesto de ahorro mensual: Fíjate una meta de ahorro mensual, que puede estar entre el 10% y el 20% de tus ingresos. Empieza identificando los gastos mensuales que podrías reducir o eliminar, destinando esa cantidad al ahorro para la vivienda.
4. Establece un colchón financiero: No solo ahorres para la entrada de la casa, también reserva parte de tu ahorro para gastos imprevistos, como reparaciones o seguros.
5. Inversiones a largo plazo: Considera destinar parte de tus ahorros a cuentas de ahorro remuneradas, depósitos o inversiones en fondos indexados o ETFs para generar rendimientos. Esto te permitirá que tus ahorros crezcan mientras sigues planificando la compra.
Un ejemplo práctico de ahorro
Emma quiere comprarse una casa valorada en 150.000 euros con una hipoteca convencional del 80%, pero solo tiene ahorrados 20.000 euros. Necesita al menos 45.000 euros (30.000 para la entrada y 15.000 para impuestos y gastos). Después de revisar sus finanzas, Enma se da cuenta de que puede ahorrar 200 euros al mes, de los cuales decide destinar 150 euros a su ahorro a largo plazo.
En lugar de mantener el dinero en su cuenta de ahorro habitual, Enma invierte sus ahorros en un fondo de inversión que le genera un rendimiento anual del 5%. A lo largo de los años, este rendimiento le permitirá alcanzar su meta de ahorro en menos tiempo.
Este enfoque integral te permitirá no solo comprender cuánto dinero necesitas para comprar una vivienda, sino también cómo planificarte de manera efectiva para conseguirlo.