Me quiere, no me quiere. Comprar, alquilar. La decisión de comprar o alquilar una vivienda es muy sensible. Si durante los últimos años en España ha reinado la compra con un 72%, los millennials están cambiando la tendencia con un cambio radical hacia el alquiler.
Cuestiones financieras a tener en cuenta
Impacto Económico
La elección entre comprar o alquilar debe comenzar con un análisis del impacto económico. Comprar implica un desembolso inicial significativo para una hipoteca, pero a largo plazo, se convierte en una inversión, ya que la propiedad se revaloriza. En cambio, el alquiler no requiere un gasto inicial grande, pero se considera un pago por un servicio, no una inversión.
Estabilidad vs. Movilidad
Un aspecto crucial a considerar es tu deseo de estabilidad o movilidad. Si prefieres un lugar fijo a largo plazo, comprar puede ser la mejor opción. Sin embargo, si valoras la libertad de mudarte, el alquiler ofrece mayor flexibilidad.
Tendencias de un mercado cambiante
Según estudios recientes, solo el 13% de los españoles opta por el alquiler, mientras que el 24% busca adquirir una vivienda. Los factores que influyen en esta decisión incluyen la estabilidad laboral y la creciente renta disponible. Además, el 79% de los encuestados no estaría dispuesto a pagar más de 200,000 euros por una vivienda.
Una opción emergente es el alquiler con opción a compra, que combina las ventajas de ambas modalidades. Además, cada vez más personas consideran comprar propiedades para alquilarlas, lo que refleja un cambio en la mentalidad hacia la inversión inmobiliaria.
Pros y contras de cada opción
Para los que quieren comprar, las ventajas se centran en el incremento del patrimonio personal, la libertad para personalizar la vivienda, mayor estabilidad y seguridad a largo plazo.
Como todo en la vida, todo tiene su lado bueno y su lado no tan bueno. Por ejemplo, que requiere un compromiso financiero a largo plazo y que tiene menos flexibilidad para mudarse.
Las ventajas de alquilar son fáciles: mayor flexibilidad y movilidad; y además, menor desembolso inicial y gastos imprevistos generalmente cubiertos por el arrendador.
En contra, tenemos que no adquieres activos y que el mercado es cambiante. Lo que ayer era una cosa, mañana puede que sea otra.