¿Eres de los que piensa que es mejor nuevo que usado? Cuando se trata de vivienda puedes construir la tuya o entrar en una cooperativa de viviendas para tener tu nueva casa.
Seguro que ya sabes más o menos en qué consiste una cooperativa de viviendas, pero ¿de verdad sabes cómo funciona y todo lo que implica ser cooperativista? ¡Vamos a verlo!
Qué es una cooperativa de viviendas
Lo más normal es que tengas ya una idea sobre qué es una cooperativa de viviendas. Por si acaso, vamos a acotar un poco más esta figura.
Una cooperativa de pisos es una asociación sin ánimo de lucro que une a un grupo de personas que quiere comprar una casa a un precio inferior al de mercado.
Esa rebaja en el coste la consigue actuando como promotora y adjudicataria de la vivienda, eliminando la figura del promotor inmobiliario y sus beneficios. A cambio, lo que se suele contratar es una gestora de cooperativas de viviendas, que es la que guía a los socios de la cooperativa durante el proceso de compra del terreno y la construcción.
Características de las cooperativas de viviendas
Ahora que ya tienes clara la esencia de una cooperativa de viviendas, veamos con un poco más de detalle sus características básicas:
● Es una sociedad mercantil sin ánimo de lucro. Su objetivo es construir casas a precio de coste, sin obtener un beneficio con ello.
● Trabaja en un régimen de libre adhesión, baja voluntaria y funciona de forma democrática. Cada socio tiene un voto.
● Los socios son quienes deciden. Al tratarse de una sociedad, los socios deciden todo lo relativo a la vivienda, desde sus calidades hasta los planes presentados por la empresa encargada de construir las viviendas.
● Los cooperativistas son socios de la cooperativa y copropietarios, así como adjudicatarios de una o varias de las viviendas que se construyan.
● Los socios pueden participar en los órganos de gobierno de la cooperativa, haciendo que todo sea más transparente.
Quién puede ser socio de una cooperativa de pisos
Cualquier persona puede hacerse socio de una cooperativa de viviendas siempre que cumpla los requisitos que establezcan los estatutos de la cooperativa. Esto incluye tanto a personas físicas, es decir, particulares, como a personas jurídicas, como empresarios y empresas e incluso otras cooperativas. Fácil, ¿verdad?
A partir de ahí, la ley distingue entre las cooperativas donde todos son particulares y las que incluyen a empresas y empresarios y a otras cooperativas o comunidades de bienes. El número mínimo de personas para formar una cooperativa solo con ahorradores es de por lo menos tres socios, mientras que solo hacen falta dos cuando se incluyen a otras cooperativas.
Cómo crear una cooperativa de viviendas
Crear una cooperativa de pisos por tu cuenta o ser uno de los socios fundadores no es lo más habitual. Lo normal es que te sumes como socio a una existente que ya se haya encargado de los trámites principales.
Vamos, que cuente con un estatuto, haya buscado ya el terreno en el que construir y cuente incluso con la empresa que se encargará de las obras. Así, solo tendrás que sumarte al proyecto si te convence lo que ves.
Ventajas de ser cooperativista
¿Por qué habrías de sumarte a una cooperativa de viviendas? Las principales ventajas de este modelo son:
● El precio de la casa será menor porque la cooperativa no busca ganar dinero con las viviendas.
● Tendrás voz y voto en todas las decisiones sobre el edificio y sus calidades.
● En algunos casos, podrás personalizar la vivienda (siempre dentro de unos límites).
● Te pueden ayudar con la hipoteca, aunque esto dependerá de la gestora de cooperativas que contrates.
● Conocerás a tus vecinos antes de entrar a vivir en la casa (para lo bueno y para lo malo).
¿Y las desventajas? El modelo de cooperativas de pisos no está exento de riesgos. El primero es que tendrás que esperar para tener la vivienda, porque una casa no se construye de un día para otro.
Además, dependiendo del momento en el que te hagas cooperativista, la construcción y entrega de la vivienda puede suponer años de espera.
Por último, entrar en una cooperativa de viviendas es más fácil que salir. Dependiendo de los estatutos, para abandonar el proyecto puedes necesitar encontrar a otro socio que ocupe tu lugar.
Cómo funciona una cooperativa
El funcionamiento básico de una promotora de pisos es sencillo:
1. Los socios se unen por orden de llegada y eligen piso según ese mismo orden (también habrá viviendas más caras que otras en función del tamaño).
2. Las decisiones clave se toman en la Asamblea General, donde los socios examinan la gestión y las cuentas anuales de la cooperativa.
3. Existe un Consejo Rector, que es el órgano de gobierno y velará por que se cumplan los estatutos de la cooperativa.
4. Si existe una gestora de la cooperativa, que es lo más habitual, se encargará de montar todo el proyecto y gestionarlo.
En cuanto a los pasos del proyecto, los socios aportan un capital de entrada y después van realizando aportaciones periódicas que cubrirán entre un 20 y un 25% del precio de la vivienda. El resto se financiará a través de una entidad financiera con un préstamo promotor a la que se devolverá el dinero al comprar la casa y firmar la hipoteca.
En otras palabras, para comprar la casa hay que cancelar ese préstamo promotor y eso se hace con la hipoteca.
¿Qué pasa con la hipoteca en una cooperativa?
Las viviendas de una cooperativa de pisos también se compran con hipoteca. La diferencia con otras modalidades de compra es que normalmente existirá un préstamo promotor con una hipoteca que ofrecerte.
Lo más habitual es que la gestora de la cooperativa negocie con la entidad financiera que le concedió el préstamo promotor una hipoteca que ofrecer a sus cooperativistas. Como socio puedes subrogarte a esa hipoteca del promotor, es decir, unirte a ella.
Eso sí, no estás obligado hacerlo. Tienes libertad para escoger la hipoteca que tú quieras para tu piso de la cooperativa.
¿Cuál suele ser la mejor opción? ¿Hipoteca de promotor o hipoteca nueva? Lo cierto es que no hay una respuesta universal. Las hipotecas de promotor suelen tener condiciones ventajosas, pero también puedes encontrar un préstamo en mejores condiciones por tu cuenta si tu situación económica es buena.
Del mismo modo, te puede interesar una hipoteca sin productos asociados. Al final, se trata de analizar tus opciones según tus preferencias y tu situación para dar con la hipoteca idónea para ti.