Con la llegada del coronavirus, la digitalización se ha convertido en un must para las empresas, especialmente en el caso de los comercios tradicionales, que han tenido que adaptarse a un contexto en el que tener una página web es más necesario que nunca. Este gran cambio en el ámbito del e-commerce no ha sido menos para los emprendedores, que han aprovechado el modelo de venta conocido como dropshipping para poner en marcha negocios en esta época de tanta incertidumbre.
Aunque no es un concepto nuevo, el dropshipping está viviendo su época de mayor esplendor en estos momentos. Y es que, esta alternativa al comercio digital que tanta popularidad ha ganado en los últimos meses, libera al empresario de grandes preocupaciones en relación con la gestión de stock o los envíos. Te contamos el porqué de su éxito.
¿Qué es el dropshipping?
Este modelo de negocio digital consiste en la venta al por menor de productos a través de un fabricante mayorista. Al crear su tienda online, el empresario establece un acuerdo con un proveedor, que se encargará de enviar el producto directamente al cliente final sin tener que pasar por él. Ahí está la diferencia: con el dropshipping, el empresario actúa como un mero intermediador entre el fabricante y el comprador y no tiene que adquirir previamente un inventario, es decir, se desentiende de las labores de logística y asume solo las responsabilidades administrativas y de atención al cliente.
Entonces, ¿cómo obtiene el beneficio el empresario? A la hora de vender el producto en su comercio online, este suma un porcentaje al producto a modo de comisión, de forma que el margen de beneficio se encuentra en esa cantidad sumada al precio de venta establecido por el fabricante.
Ventajas e inconvenientes del dropshipping
Aunque parezca sencillo, los negocios de dropshipping, como cualquier otra tipología, implican un esfuerzo y una planificación estratégica, y tiene tanto ventajas como desventajas. El gran éxito del dropshipping se debe principalmente a lo fácil que es iniciar un comercio de este tipo. Como ya hemos mencionado, con el dropshipping no es necesario adquirir un stock de productos de forma previa, lo que supone una gran ventaja para el empresario al estar hablando de un gran ahorro en la inversión inicial y un muy bajo riesgo. Asimismo, esta tipología de negocio se gestiona toda por la vía digital, por lo que tampoco será necesario invertir en montar una tienda física y empresario podrá trabajar desde la comodidad de su casa y con horarios muy flexibles.
Sin embargo, no todo podían ser ventajas. Antes de montar una empresa de este tipo, hay que realizar un estudio de mercado que permita ver como sacarle partido y si será o no rentable. Es importante saber que, con el dropshipping, las ganancias se obtienen exclusivamente de las comisiones, lo que significa que el margen de beneficio es generalmente bajo. Por ello, hay que encontrar un buen nicho de mercado e invertir en publicidad y posicionamiento por la vía digital para crear visibilidad en torno a la empresa, lo que supondrá un importante gasto mensual. Por otro lado, otra de sus desventajas es el hecho de que el empresario no solo se responsabiliza de que el envío llegue correctamente al cliente, sino que también se responsabiliza en caso de devolución. Esto quiere decir que, si el cliente no está satisfecho y devuelve el producto, el empresario se tendrá que quedar con el mismo, generándole así pérdidas.