Según el I Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad elaborado por UCI, el 75% de compradores de vivienda en nuestro país son parejas con hijos (47%) o parejas (28%). Comprar una casa es una decisión importante y firmar un préstamo hipotecario con otra persona ofrece ventajas, aunque lleva aparejados riesgos, especialmente cuando el amor se acaba. Si estás pensando contratar una hipoteca conjunta, revisa las ventajas y desventajas antes de tomar una decisión.
Hipoteca compartida: qué debes pensar antes de dar el paso
Pedir una hipoteca en pareja supone un gran compromiso, aunque las posibilidades de que la entidad financiera la conceda o pueda elevar el porcentaje de financiación son mayores que al solicitarla de forma individual.
Una de las primeras cuestiones que conviene valorar antes de solicitar una hipoteca conjunta es si ambas partes quieren convertirse en propietarios.
Si la respuesta es afirmativa en ambos casos, lo siguiente es reflexionar sobre estas cuestiones:
¿Es sólida la relación? No hace falta llevar juntos 10 años para dar el paso, pero sí pensarlo bien, sin perder de vista que se trata de una inversión conjunta a largo plazo.
¿Podéis permitiros una casa y una hipoteca? ¿Contáis con ahorros suficientes? ¿Qué presupuesto de compra podéis asumir? En otras palabras, es imprescindible valorar la situación económica conjunta para conocer qué casa podéis permitiros con vuestro salario. Para salir de dudas podéis usar un simulador hipotecario.
¿Qué casa queréis comprar? Otro de los interrogantes que conviene responder antes de dar el paso es conocer los planes a corto y medio plazo de los compradores. ¿Tenéis previsto tener hijos? Quizá un estudio pequeño en el centro de la ciudad sea la opción ideal en estos momentos, pero no lo sea a medio plazo si en vuestras previsiones está tener familia numerosa. Aunque en ese caso existen opciones como vender la vivienda para comprar otra, pensar a medio plazo nos permitirá elegir la casa que más se adapte a nuestras necesidades.
¿Qué pasa si uno aporta más dinero que otro? Una creencia extendida es que en las hipotecas conjuntas y al comprar casa en pareja es necesario hacerlo todo al 50% y, no, no es estrictamente necesario. Si alguno de los dos va a aportar más ahorros, esto debería reflejarse en la escritura de propiedad sobre la vivienda, igual que si uno va a pagar un porcentaje mayor de la hipoteca.
Ventajas de firmar una hipoteca conjunta
Pedir una hipoteca conjunta tiene sus ventajas frente a hacerlo solo.
La principal es que aumentan las opciones de conseguir la hipoteca. ¿Quieres saber por qué? Es una simple cuestión de solvencia y riesgo. En una hipoteca conjunta hay dos titulares, lo que ofrece una mayor garantía de pago para la entidad financiera.
Además, como hay dos salarios, los ingresos son mayores y también podréis acceder a un mayor importe de préstamo.
A esto se añade que podréis conseguir mejores condiciones, de nuevo porque vuestro perfil como cliente es mejor que el de una persona que busca una hipoteca individual.
A modo de ejemplo, los expertos recomiendan destinar el 30% de los ingresos netos mensuales al pago de la hipoteca por lo que un titular que gana 2.000€ al mes podría asumir una cuota máxima de 600€ mensuales. Sin embargo, uniendo el salario de los dos titulares, si una persona gana 2.000€ al mes y la otra 1.700, la cuota resultante a pagar puede llegar a los 1.110€ mensuales.
Desventajas de tener una hipoteca conjunta
El primer riesgo de una hipoteca compartida es que la responsabilidad de la hipoteca también es compartida. Los dos titulares asumirán el 100% de la responsabilidad sobre la deuda, independientemente del importe que acuerden aportar y, en caso de impago, ambos responderán a la totalidad con sus bienes presentes y futuros.
¿Qué pasa con la hipoteca cuando se acaba el amor?
Si el amor se acaba, existen soluciones para la hipoteca conjunta.
La solución más habitual es que uno de los integrantes de la pareja adquiera la parte de la vivienda del otro y asuma el pago del capital pendiente de la hipoteca.
Otra de las opciones más extendidas es vender el inmueble, liquidar el préstamo con la entidad financiera y repartir el dinero según acuerden ambos cotitulares.
También es habitual tratar de renegociar con la entidad financiera las condiciones de la hipoteca para adecuarla a los ingresos de un solo titular.
Otra alternativa es alquilar el inmueble y destinar los ingresos al pago de la hipoteca.