¿Te suena la ITV de los coches? Pues la ITE es algo parecido, solo que para pisos y edificios.
ITE son las siglas de Inspección Técnica de Edificios. Esta evaluación es obligatoria y sirve para comprobar el nivel de seguridad del inmueble y que los propietarios se han encargado de su rehabilitación y conservación.
A diferencia de la ITV, la ITE no depende de ti como dueño de la vivienda, sino de la comunidad de propietarios, que es quien debe solicitarla.
¿Cuándo hay que pasar la ITE?
Desde 2012 todos los edificios de más de 50 años en municipios de más de 25.000 habitantes deben pasar la ITE, salvo que la comunidad autónoma tenga otra normativa específica.
Además, una vez cumplan el medio siglo tendrán que superar la inspección por lo menos una vez cada 10 años.
Para saber la antigüedad del edificio puedes consultar el año de construcción en el catastro o usar el certificado de fin de obra o la licencia de primera ocupación.
¿Cómo se lleva a cabo?
De la ITE se encarga un técnico cualificado, que visitará la casa para valorar su estado, exactamente igual que el mecánico con el coche.
El proceso de la ITE es muy sencillo y se puede resumir en tres pasos:
Solicitar cita, igual que con la ITV. Recuerda que la inspección debe realizarla un profesional homologado, que puede ser un aparejador, un arquitecto o un ingeniero de edificaciones.
Inspección del edificio, que habitualmente se limitará a las zonas comunes y estructuras. Lo normal es que el técnico no tenga que acceder a tu casa ni a ninguna otra vivienda.
Calificación y posibles medidas. Como en todo examen, habrá una nota final, que será favorable o desfavorable. El segundo caso se da cuanto hay deficiencias graves o muy graves que supongan un riesgo de seguridad.
Cuando el resultado es desfavorable la comunidad tendrá que realizarlas reformas que el informe indique y presentar un certificado de que se han ejecutado para poder superar la ITE.
Así es como se podrá obtener el certificado de aptitud que supone haber pasado la ITE.
¿Qué se valora en una ITE?
La ITE valorará:
- · El estado de conservación del edificio y la construcción en términos de seguridad y salubridad.
- · Las instalaciones comunitarias, que incluye la accesibilidad para personas con discapacidad y si se pueden realizar obras de adaptación para mejorarla.
- · La eficiencia energética según la Certificación de la Eficiencia Energética de los Edificios, que se incluirá como un apartado de carácter orientativo.
A partir de ahí, cada comunidad autónoma puede establecer algunos requisitos adicionales.
¿Qué pasa si el edificio no tiene la ITE?
La primera consecuencia de no tener la ITE o mantener una ITE desfavorable es que te pueden multar (a la comunidad de vecinos en realidad).
La multa puede alcanzar los 6.000 euros y es solo uno de los problemas de no tener la ITE. Además, también necesitarás la ITE para poder pedir ayudas públicas para obras de conservación, accesibilidad o eficiencia energética.
A título personal puede haber otras consecuencias, como el paralizar la venta de la casa. De hecho, la ITE es una de las cosas que debes revisar al comprar un piso de segunda mano, porque te puede dar mucha información sobre posibles derramas en el futuro.
¿Se puede obtener una hipoteca sin la ITE?
Entre los documentos que hay que presentar al solicitar una hipoteca sobre la vivienda se incluye siempre el certificado de eficiencia energética de la vivienda y la prueba de que la casa está libre de cargas.
La ITE no es obligatoria y pedirla depende de cada entidad. Si el banco donde solicitas la hipoteca hace bien su trabajo y te ayuda con los trámites, haría bien en mencionarlo. A fin de cuentas, un edificio sin la ITE o, peor todavía, con una ITE desfavorable, es sinónimo de obras, y no precisamente de las baratas.
Si quieres evitar esas obras para centrarte en la reforma de tu nueva casa, recuerda que hay hipotecas especiales para comprar y reformar. Incluso existen hipotecas verdes con mejores condiciones si la reforma mejora la eficiencia energética del hogar.