¿Qué pasa si por cualquier motivo no puedes pagar tu hipoteca? En el peor de los casos puedes perder la vivienda. Por fortuna, hay una opción para cubrirte: añadir un seguro de amortización de préstamos a tu hipoteca.
¿Qué cubre un seguro de amortización de préstamos?
Este seguro se encarga de cubrir los pagos de la hipoteca en caso de que suceda algún imprevisto como, por ejemplo, que sufras algún tipo de invalidez o en caso de fallecimiento.
En otras palabras, el seguro de amortización del préstamo se hace cargo de amortizar o pagar ese préstamo.
¿Cómo funciona un seguro de amortización de hipoteca?
El funcionamiento de un seguro de amortización es muy simple: cuando se da una de las situaciones previstas en la póliza, el seguro se activa para hacer frente al pago del préstamo. Así de fácil.
A partir de ahí, existen seguros de amortización de préstamos donde la prima se paga cada año y otros de prima única. Con estos últimos pagarás el precio del seguro de forma íntegra al contratarlo. Es como si estuvieses adelantando todo el dinero al principio y hay entidades financieras que suman ese dinero, que no suele ser poco, al importe de la hipoteca.
¿Es obligatorio contratar un seguro de amortización con la hipoteca?
En absoluto. No es obligatorio contratar un seguro de amortización como tampoco lo es incluir un seguro de la vida en la hipoteca.
De hecho, de todos los seguros de la hipoteca, solo el seguro de daños e incendios es obligatorio. Además, estas coberturas suelen incluirse dentro del seguro de hogar junto con otras útiles que aseguran el contenido y el continente de la vivienda frente a otros peligros.
¿No es como el seguro de vida?
El seguro de amortización de un préstamo es un seguro de vida, pero no es como el seguro de vida la hipoteca. Son algo así como primos, parecidos, pero diferentes. Ahora entenderás por qué.
Más allá de las coberturas que puedas incluir (fallecimiento, invalidez permanente, absoluta…) la diferencia de las dos pólizas está en su funcionamiento.
Un seguro de vida paga la cantidad estipulada en la póliza a quien figure como beneficiario. Esto que puede sonar algo técnico solo quiere decir que si a ti te pasa algo, le pagará el dinero de la hipoteca a quien figure en el préstamo, que pueden ser tus herederos o la entidad financiera (normalmente será esta última).
¿Y el seguro de protección de pagos de la hipoteca? Esta póliza no le dará el dinero a nadie en concreto, se encargará de abonar la deuda pendiente hasta las cantidades contratadas. No hay beneficiario, solo el abono de una deuda.
Esta fórmula, que puede parecer prácticamente igual que la anterior, tiene ciertas ventajas como evitar que pagues cualquier tipo de impuesto por ese dinero, por ejemplo.
¿Merece la pena contratar este tipo de seguros?
Como ocurre con el seguro de vida de la hipoteca, es una decisión personal que hay que tomar en función del nivel de protección que necesites.
Tener detrás un seguro de este tipo te da la tranquilidad de saber que si sucede un imprevisto, tu familia y tú estaréis cubiertos, por lo menos en lo que a la hipoteca se refiere. Las cuotas se seguirán pagando y no perderás la casa.
Esta protección es más interesante los primeros años de la hipoteca, que es cuando menos dinero se suele tener ahorrado y mayor puede ser el impacto de cualquier imprevisto desfavorable, aunque sigue siendo útil durante todo el préstamo.
El seguro de amortización, como el seguro de vida, es una forma de garantizar la estabilidad de tu familia y algo tan importante como tu vivienda. Si necesitas protección adicional por si te quedas en paro, por ejemplo, también hay seguros de protección de pagos que se encargarán de pagar las cuotas de la hipoteca.