Has esperado varios años, pero, por fin, tu vivienda está lista para habitar. Años de espera que han merecido la pena, porque conseguiste una vivienda de protección oficial (VPO) a un precio bastante más razonable que los de mercado. Y, mucho más, teniendo en cuenta que en este último lustro no se han edificado prácticamente promociones subvencionadas por la crisis y la falta de presupuesto de las diferentes administraciones.
Ha llegado el momento de la verdad y tienes que iniciar los trámites para formalizar la operación. ¿Te interesa subrogarte a la hipoteca que te ofrece el promotor?
Subrogación hipoteca VPO: ¿Cómo son las hipotecas de las viviendas protegidas?
Debes saber que las viviendas protegidas están vinculadas a un préstamo convenido, esto es, a una hipoteca con condiciones supuestamente más ventajosas que las que se ofrecen en el mercado libre para facilitar el pago mensual a sus propietarios. Es el Ministerio de Fomento -tras negociar con los bancos- el que fija estas condiciones, si bien la Administración Autonómica o Local pueden determinar las suyas propias para las promociones que se construyan en su radio de acción.
En la actualidad, el tipo de referencia de los préstamos convenidos se fija mediante el Euribor, más un diferencial que suele ser inferior a la media con la que trabajan los bancos.
Ciertos perfiles de demandantes, además, pueden beneficiarse de la subvención de un porcentaje de la cuota mensual del préstamo. Generalmente, son las comunidades autónomas las que establecen los requisitos para la concesión de estas ayudas (nivel de ingresos, tipo de protección de la vivienda, miembros de la familia, si el titular es separado o divorciado con cargas familiares, etc.)
Tampoco los préstamos convenidos te obligan a contratar ningún producto adicional, como un seguro de vida o un plan de pensiones.
Pese a que, a primera vista, esta hipoteca pueda resultar ventajosa, es recomendable pedir propuestas a otras entidades financieras para que puedas comparar qué operación sería la más atractiva para tu bolsillo.
Lo más práctico, antes de tomar ninguna decisión, es que acudas a la entidad que ha financiado al promotor/constructor y que te detallen las condiciones de esa hipoteca y del importe pendiente de amortizar. Subrogarse implica acogerse a las mismas condiciones pactadas entre el promotor y el banco.
Una de las principales ventajas de subrogarse al préstamo del promotor es que te ahorrarás los gastos asociados a la apertura y a la constitución de la hipoteca. La única comisión que tendrás que pagar serán los gastos de subrogación, alrededor del 0,5% del capital pendiente de amortizar.
Sin embargo, la autorización del préstamo no es automática. La entidad financiera realizará previamente un estudio de riesgo del cliente y se reserva el derecho de autorizar la operación.
Es cuestión de echar números y evaluar la oferta más interesante para tu bolsillo. Un as con el que puedes jugar es iniciar negociaciones en paralelo con la entidad con la que te subrogarías, tu sucursal habitual y una tercera entidad con una propuesta interesante y, en el momento de firmar escrituras, decantarte por la oferta más atractiva.