En nuestro país existen más de 3,3 millones de autónomos. Aunque existen diferentes tipos de trabajadores independientes (freelance, empresarios, autónomos colaboradores o dependientes) todos tienen algo en común: al igual que el común de los españoles pueden necesitar financiación para comprar su vivienda. ¿Es posible conseguir una hipoteca siendo autónomos? ¡Por supuesto! Simplemente, tienes que conocer dónde buscar y cuál será la documentación que requieran las entidades financieras.
¿Es más difícil tener hipoteca siendo autónomo?
En general, trabajar por nuestra cuenta suele llevar aparejados requisitos más exigentes a la hora de acceder a la financiación. En el caso de las hipotecas para autónomos, la clave está en la estabilidad y recurrencia de los ingresos del solicitante. Para empezar, un autónomo rara vez tiene el mismo salario todos los meses. Lo normal es que los ingresos varíen cada vez, dentro normalmente de una cifra mínima y máxima. Sin embargo, también los hay que son muy estacionales si, por ejemplo, dependen del turismo. Pese a esto, los autónomos pueden acceder a la contratación de una hipoteca.
Requisitos de las hipotecas para autónomos
Las condiciones de las hipotecas para autónomos no son muy distintas de las que se suelen solicitarse para otros perfiles. A fin de cuentas, lo que la entidad financiera quiere es lo mismo: asegurarse de que podrás hacer frente al préstamo.
Para hacerlo, la entidad analizará cuestiones como:
- Tus ingresos y facturación a lo largo del tiempo. Aquí analizarán la cifra concreta y la recurrencia de los ingresos.
- Los años que llevas trabajando por tu cuenta o con tu negocio. Cuantos más, mejor.
- Tu situación financiera general y tu nivel de endeudamiento. Para conseguir la hipoteca como autónomo, tus deudas, incluido el préstamo hipotecario, no deberían superar el 40% de tus ingresos.
- El historial crediticio y si tienes alguna deuda pendiente con tus proveedores, con la Agencia Tributaria, la Seguridad Social y otros bancos.
- Si cuentas con ahorros. Lo más habitual es que la entidad te financie hasta un 80% de la cifra más baja entre el valor de tasación y el precio de compra de la casa. Esto quiere decir que deberás tener ahorrado en torno a un 30-35% del valor de la casa para poder comprar una vivienda con tu sueldo.
Documentación que necesitarás presentar
Todos estos requisitos de las hipotecas para autónomos deberás tenerlos preparados como parte de la documentación que hay que presentar al solicitar el préstamo hipotecario. Y es que, esos papeles e información servirán para que la entidad evalúe tu situación económica y tu solvencia.
Esta documentación incluye:
- Tu última declaración de IRPF, que les dará una idea de tus ingresos a lo largo del año.
- Los últimos trimestres de IVA y también de IRPF si presentas el modelo 111 de Hacienda.
- La vida laboral actualizada, que les servirá para ver tu trayectoria profesional.
- Extractos de tus movimientos, de tus cuentas corrientes, para conocer tu salud financiera.
Además de los documentos que tú presentes, la entidad normalmente consultará en CIRBE si tienes otros préstamos bancarios y revisará si figuras en algún fichero de morosos.
¿Puedes desgravar la hipoteca como autónomo?
Una de las ventajas de ser autónomo es que puedes restar a tus ingresos una serie de gastos deducibles, tanto en el IVA como en el IRPF. Estos gastos deben de estar relacionados con tu actividad y ser necesarios para poder llevarla a cabo. ¿Se puede incluir la hipoteca como un gasto deducible?
Sí que se puede desgravar la hipoteca como autónomo, aunque no con carácter general ni el total de la hipoteca. En concreto, se puede desgravar la parte proporcional a la superficie de la vivienda que utilices para tu actividad económica hasta un máximo del 30%.
Es decir, que solo podrás deducir por la hipoteca como autónomo si tu casa es también tu domicilio fiscal y trabajas en ella. En ese caso, podrás desgravar el porcentaje proporcional de la casa que ocupe tu despacho, por ejemplo, con el límite del 30% del total.
Además de la hipoteca, también podrás desgravar algunos gastos de la vivienda habitual como los suministros del hogar o la comunidad de vecinos, aunque dentro de unos límites.