
¡Hola!
Soy Óscar Habas y llevo más de 25 años en el sector financiero, siempre con la misma pasión por lo que hago. Dirijo el negocio hipotecario de UCI en Cataluña, Canarias, Valencia, Aragón y parte de Madrid, pero, más allá de los números y los mercados, mi labor es construir relaciones sólidas, tanto con mi equipo como con nuestros socios: intermediarios financieros, partners digitales y el canal tradicional. Porque este negocio no va solo de hipotecas, sino de personas que confían en nosotros para tomar una de las decisiones más importantes de su vida.
He pasado por distintos roles en UCI, desde director de agencia hasta responsable de hipotecas.com en Barcelona, y en todo este tiempo he visto cómo el sector ha cambiado por completo, especialmente desde la entrada de la LCCI. La transformación inmobiliaria y el auge de la intermediación hipotecaria han hecho que nuestro papel sea más relevante que nunca. No solo facilitamos el acceso a la vivienda, también garantizamos estabilidad. Y eso solo es posible cuando escuchamos, entendemos y encontramos la mejor solución para cada caso.
Porque no hay dos clientes iguales. No creo en las soluciones estándar, sino en adaptar la financiación a cada persona, con realismo y responsabilidad. Hay momentos en los que podemos decir "sí" y ayudar a cumplir un sueño, y otros en los que toca decir "no", porque lo que podemos ofrecerle al cliente no es la mejor opción para su futuro. Y ahí también estamos acompañando, porque una hipoteca es un compromiso a largo plazo y hay que afrontarlo con cabeza.
Siempre he creído en el valor del equipo, quizá porque llevo toda la vida formando parte de ellos. He gestionado muchos equipos comerciales y deportivos, y en ambos hay algo que nunca cambia: el esfuerzo compartido, la comunicación y la confianza marcan la diferencia. En un equipo, cada uno tiene su rol, pero todos remamos hacia el mismo objetivo. A veces se gana, a veces se aprende, pero lo importante es levantarse juntos. Como capitán, mi papel siempre fue motivar y dar moral en los momentos difíciles, y hoy, liderando equipos comerciales, sigo sintiendo esa misma responsabilidad.
Porque, al final, gestionar un equipo no es solo dirigir, es acompañar, inspirar y hacer que cada persona dé lo mejor de sí. Y lo mismo pasa con nuestros partners. Una relación auténtica no se basa solo en resultados, sino en confianza, en saber que estamos ahí para sumar y construir juntos. Y esa es, sin duda, la parte que más disfruto de mi trabajo.